
Cuando se inicia un nuevo año, solemos prometernos toda una serie de metas que tienen como finalidad sentirnos bien con nosotros mismos. Objetivo: mejorar en el futuro
Posteriormente, la mitad o más de lo que nos hemos prometido no se lleva a cabo: no tuve tiempo ni ganas, todo se me complicó, etc.
En la restauración tendemos a abrir el año escribiendo sobre tendencias: que conceptos pueden funcionar, que pasará en el mercado, etc. De hecho, gran parte de las empresas consultoras dedicamos tiempo y dinero a investigar sobre ello. Pero a la postre, la conclusión a la que llego es que no tenemos el don de la adivinación, y no sabemos lo que pasará en el futuro. Es más, resulta del todo imposible.
Si analizamos un poco en profundidad, ¿Desde cuanto tiempo hace que venimos hablando de comida saludable? y un par de ejemplos más, «el futuro está en el servicio y atención al cliente», o las «hamburguesas de calidad son una demanda creciente». Esto me suena desde hace mucho tiempo.
Al final de esta reflexión creo que la tendencia la escribe cada negocio de restauración, y que es fruto de, un trabajo constante y metódico, basado en:
- Unos indicadores de gestión del negocio bien diseñados.
- Las ganas de hacer las cosas bien hechas.
- De formar al mejor equipo de trabajo.
- Entender bien las necesidades de nuestro cliente objetivo, y…
- Diseñar los mejores procesos de trabajo.
¿Hicimos en nuestro restaurante la carta a los reyes magos? Si no es así quizás debamos empezar a preparar el presupuesto anual (que ya vamos tarde)
Tal como decía Groucho Marx, estos son mis principios…pero si no le gustan tengo tendencias.
Feliz y próspero año 2018!!!